Dicen que existen las vocaciones tempranas, y creo que mi historia es ejemplo de ello. Desde los 14 años tenía claro el rumbo que seguiría: estaba segura de que quería mejorar la educación en México. Esa motivación me llevó a estudiar primero en la escuela normal, luego Pedagogía en la Universidad Panamericana y, finalmente, una maestría en Educación Superior en la Universidad La Salle.

Siempre he creído que hay que ser parte de la solución y no del problema. Eso es justamente lo que hacemos en Siete Mares Consultores: instrumentamos proyectos y programas para superar las dificultades que a menudo se presentan en uno de los ámbitos más trascendentales para nuestra sociedad, la educación. Creo firmemente que, si logramos mejorar el nivel educativo de las y los estudiantes mexicanos, les daremos una base sólida para tener un futuro mejor.

Desde que era pequeña he disfrutado mucho ir a la escuela. Pasar tiempo aprendiendo y conociendo cosas nuevas ha hecho que mi mundo nunca pare de crecer y que mi vida se llene a diario de nuevas posibilidades. Creo que es muy importante trabajar en equipo para que todos los niños y las niñas tengan la posibilidad de que su mundo crezca, al igual que el mío lo ha hecho. Estoy convencida de que, por medio de esfuerzos como los que se hacen desde Siete Mares Consultores, podemos impulsar el crecimiento de cada niño y niña para construir así una sociedad más justa.